Sanación & Despertar

La sanación no llega como un rayo de luz repentina.
Llega en silencio, cuando empezamos a escucharnos sin miedo.

Este espacio es una invitación a regresar a ti,
a reconocer lo que duele,
a entender lo que se transforma,
y a abrazar la luz que despierta cuando dejamos de huir de nosotros mismos.

El camino a la sanación

El primer paso

Sanar es un acto de amor profundo hacia uno mismo.

No consiste en olvidar, sino en mirar lo que dolió desde un lugar más consciente,
con más respeto y con menos juicio.

La sanación ocurre cuando dejamos de castigarnos
y empezamos a honrar lo que realmente sentimos.

Abrirse desde dentro

Sanar es escucharse con honestidad, sentir sin culpa, reconocer nuestras grietas y descubrir la luz que sigue viva dentro de ellas. Es dejar de forzar el corazón, darle espacio para descansar y soltar lo que pesa. Somos seres que han vivido, amado y aprendido. Sanar es volver a uno mismo con ternura y respeto por todo lo que nos ha transformado.

Respirar el proceso

Sanar es darse un momento para mirar hacia dentro. Es reconocer nuestras emociones sin rechazarlas y permitir que la calma encuentre un lugar en nosotros. No se trata de ser perfectos, sino de aprender a acompañarnos con suavidad. Sanar es volver a sentirnos en casa dentro de nuestra propia piel.

Cuando vuelve la luz

Sanar es elegirnos. Es decidir que merecemos paz, incluso después de todo. Sanar es mirar el futuro con suavidad y confiar en que lo que viene puede ser mejor, porque ahora caminamos con más verdad, más amor y mucha luz hacia nosotros mismos.

Sanar es un viaje que no pide perfección, solo presencia.

A veces duele, a veces libera, pero siempre revela algo verdadero.

Lo esencial es recordar que caminamos hacia nosotros mismos,

y que en ese regreso hay una paz que nadie puede arrebatarnos.

El camino al despertar

El llamado interior

Despertar comienza con una sensación suave, casi imperceptible,
un impulso que nos invita a mirar dentro con más claridad, con más honestidad,
Es ese instante en

el que intuimos que somos más
que lo que creíamos ser.

Recordar la luz

Despertar es reconocer que siempre hubo una chispa en nosotros.
No se trata de alcanzar nada, sino de recordar lo que ya éramos, lo que siempre fuimos: luz.
Es permitir que la intuición nos guíe
y que la conciencia se abra paso sin prisa.

Vivir despiertos

Despertar implica

estar presentes, ver con ojos nuevos,
comprender lo que antes pasaba inadvertido.
Es distinguir lo esencial

del ruido
y elegir con más autenticidad, más verdad, más calma.

La expansión

Al despertar,  algo en nosotros se vuelve más amplio.
Las certezas rígidas se suavizan, los miedos pierden fuerza
y aparece un espacio donde la vida respira diferente.
Es el comienzo de un camino más consciente y luminoso.

Sanar y despertar son caminos que se entrelazan.
Uno nos ayuda a recordar lo que duele; el otro nos invita a ver con más claridad.
Sanamos para volver a nosotros, y despertamos para avanzar con una luz nueva.

No se trata de llegar a un destino, sino de caminar con más presencia,
más verdad y más ternura hacia lo que somos.

Porque cada vez que sanamos, despertamos.
Y cada vez que despertamos, algo en nosotros vuelve a sanar.

 

© 2025 Marie Pouvet® 

Todos los derechos reservados